jueves, 17 de junio de 2010

Corage.

Como pocos, singulares.
Como pocos, deber querer y hacer.
Como pocos, a todos.
Todos los seres humanos tenemos la capacidad y la obligación de brillar, de hacer grandes cosas.
Sólo hace falta que de vez en cuando, alguien nos lo recuerde.
La sensación es similar a un chupón sobre tu cabeza que te saca del escenario, de la imagen y de la escena representada. Aunque el telón se cierre, el espectáculo es infinito. Te sacan, te deforman y te llevan lejos -Quizás sólo saquen la parte "deforme" de tu todo, la más importante-  . Las palabras que escuchas hacen el camino de baldosas amarillas que pisas y no puedes evitar seguir caminando. Y te maravillas, se te acelera el pulso y sientes ganas de hacer algo que lo manifieste, como llorar o ponerte de pie. Lo ves, lo ves todo, y ves que es cierto: corres por las baldosas amarillas hasta llegar a un matorral y una espada.
¿Valor?
Todos los seres humanos estamos destinados a hacer cosas increíbles, más que por nuestra condición de comunes humanos. Hay alguien ahí arriba que siempre nos reta.
Bajas de nuevo a la escena. La obra se ha seguido desarrollando mientras caminabas por las baldosas. Todos a tu alrededor parecen haber estado ausentes también y sólo quedan ya los ojos fijos en la figura del estrado.
Hombre. Corpulento- fenotipo anatómico pícnico - calvo, que mira por encima de las gafas. Él también tiene puestos sus ojos en nosotros. Como durante todo el curso.
"Ha sido un honor y un placer compartir mi tiempo con ustedes"

Y eso fué, para nosotros, como levantar la oreja mientras se sale a hombros por la puerta grande.

Como aquel gran partido,encourage.

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