martes, 30 de marzo de 2010

Cosas por las que llorar

  Qué decir, tradición.
  Dentro de este loco mundo, en el que me incluyo, hace falta un poco de serenidad. El disloque, el avance y la regeneración de la vida misma van dejando tras de si una estela de basura, a la par que de modernidad. Futuristas. Bien, yo soy de los de Lorca: pienso que las grandes ciudades son inhumanas, y así seguiré viendo incluso a mi querida Nueva York. Hace falta dar pasos de gigante, pero también disfrutar el paseo. No corráis , mis pequeñas criaturas; los excesos y resacas se ven a la luz del día también. No os conforméis con seguir a la masa, o con querer ser extremadamente diferentes. Sed quienes sois, pero tened en cuenta vuestro momento.


Que me perdonen los modernos.


 

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